Bedolla presume equipo oncológico de vanguardia en Michoacán, pese a que en el gobierno de Aureoles ya se estrenaban tecnologías similares

Morelia, Michoacán, 3 de septiembre de 2025. – El gobernador Alfredo Ramírez Bedolla encabezó la puesta en marcha del nuevo acelerador lineal y Pet Scan en el Instituto Michoacano de Oncología, presentándolos como equipos de vanguardia que “pondrán fin a la lista de espera” en la atención a pacientes con cáncer. La inversión fue de 165 millones de pesos.

La narrativa oficial plantea un “antes y después” en la atención oncológica, sin embargo, críticos recuerdan que durante la administración de Silvano Aureoles también se estrenaron equipos de última tecnología, lo que abre el debate sobre la verdadera continuidad, mantenimiento y operación de la infraestructura hospitalaria, más allá del lucimiento político de cada sexenio.

Bedolla destacó que la capacidad de atención pasará de 80 a 200 pacientes diarios, con acceso gratuito a personas sin seguridad social mediante IMSS-Bienestar, y que los equipos, únicos en Michoacán y presentes solo en cuatro estados más del país, permitirán diagnósticos de alta precisión y tratamientos menos invasivos.

Con un discurso enfocado en la inmediatez –“no puede esperar la atención en el tema de oncología”–, el mandatario buscó posicionar su gestión como la que amplía y moderniza la cobertura contra el cáncer en la entidad. No obstante, voces del sector salud señalan que el verdadero reto no es la compra de tecnología, sino garantizar recursos humanos, presupuesto sostenido y mantenimiento, rubros en los que históricamente han fallado los gobiernos estatales.

El acto, acompañado por autoridades federales, legisladores y directivos del IMSS e ISSSTE, también dejó ver el uso político del tema: el cáncer como bandera de sensibilidad social y como terreno de competencia entre administraciones estatales.

En medio de un contexto electoral que ya empieza a perfilarse rumbo a 2027, la apuesta por mostrar resultados inmediatos en salud refuerza la estrategia de Ramírez Bedolla de presentarse como un gobernador de hechos y no de discursos, aunque el contraste con lo hecho en gobiernos anteriores pone en entredicho si se trata de un cambio estructural o de un relanzamiento de viejas promesas.