“Cínico boletín de la SSP: en Michoacán se aplauden 93 homicidios como un ‘logro histórico’”
- Altorre

- 9 sept
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*Michoacán presume reducción de homicidios: ¿realidad o maquillaje de cifras?
Morelia, Michoacán, 9 de septiembre de 2025.- La Secretaría de Seguridad Pública de Michoacán (SSP) difundió hoy un boletín en el que celebra que el estado se ubique fuera del “top 7” de entidades con mayor número de homicidios dolosos, destacando que en agosto se registraron 93 casos, “la cifra más baja en los últimos 10 años”. Sin embargo, el intento de presentar el dato como un logro histórico revela más cinismo que resultados reales.
¿Cómo puede presumirse un descenso cuando Michoacán todavía contabiliza casi un centenar de homicidios en un solo mes? La comparación es demoledora: mientras en Yucatán apenas se reportaron dos asesinatos en el mismo lapso, en Michoacán se habla de 93 muertes violentas como si fueran un avance digno de aplaudir.
El discurso oficial se sostiene en un acomodo estratégico de cifras: si bien la entidad se ubicó en el lugar 11 en incidencia nacional, con un 5.1% del total de homicidios, esto significa que sigue entre los primeros diez estados más violentos del país, apenas rozando la línea divisoria. Aun así, se pretende vender como un éxito rotundo.
La realidad es que Michoacán no puede presumir paz social con 93 homicidios en un solo mes, porque cada número representa una vida perdida y una familia destrozada. El optimismo de la SSP contrasta con la percepción de inseguridad que prevalece en las regiones Tierra Caliente, Zamora, Uruapan o Lázaro Cárdenas, donde la violencia sigue marcando la vida cotidiana de miles de habitantes.
El boletín oficial omite además hablar de la naturaleza de estos crímenes: ejecuciones ligadas al crimen organizado, ajustes de cuentas y masacres que, aunque estadísticamente reducidas, siguen mostrando que la violencia no desaparece, solo cambia de intensidad.
El gobierno estatal y su titular de Seguridad, Juan Carlos Oseguera Cortés, insisten en atribuir el “descenso” a labores de inteligencia y coordinación con fuerzas federales. No obstante, los datos descontextualizados y la falta de un análisis serio sobre la impunidad, el control territorial de grupos criminales y la debilidad institucional, convierten la narrativa en un ejercicio de propaganda más que en un reflejo real de seguridad.
¿Reducción? Tal vez en números fríos. ¿Seguridad? Aún muy lejos de alcanzarse.



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