Michoacán presume avances médicos, mientras hospitales carecen de lo básico

Morelia, Michoacán, 9 de septiembre de 2025.- Por segunda semana consecutiva, el Gobierno de Michoacán presume “avances históricos” en infraestructura médica. Ahora, a través de la Secretaría de Salud (SSM), se anunció que el Instituto Michoacano de Oncología cuenta ya con el primer equipo de medicina nuclear del sector público en la entidad: un PET Scan, aparato especializado en la detección temprana del cáncer.

La narrativa oficial lo presenta como un parteaguas en la atención oncológica del estado y la región. El discurso es técnicamente impecable: se explica cómo este escáner, mediante material radiactivo, permite identificar células cancerosas antes de que sean visibles en estudios convencionales, ayuda a definir el alcance de la enfermedad y mide la respuesta a tratamientos como la quimioterapia o radioterapia. Un avance indudable en lo tecnológico.

Pero la realidad cotidiana de los pacientes en Michoacán pinta otro panorama. Las constantes denuncias por falta de medicinas, desabasto de quimioterapias, citas diferidas durante meses, carencia de especialistas y hospitales saturados, contrastan con la pomposa inauguración de un equipo de alta tecnología. ¿De qué sirve tener un PET Scan de primer mundo si muchos pacientes ni siquiera alcanzan un tratamiento oportuno de tercer mundo?

El propio sector salud estatal reconoce de manera velada que la infraestructura ha crecido de manera desigual. Mientras un solo hospital presume tecnología de vanguardia, decenas de clínicas rurales carecen de médicos generales, insumos básicos o condiciones mínimas para operar. El problema, pues, no es el equipo, sino el abandono estructural.

El gobierno estatal intenta posicionar estos anuncios como victorias inmediatas en salud pública, cuando en realidad el sistema sigue marcado por la inequidad y la simulación: un costoso aparato para la foto y el boletín, pero sin resolver lo más urgente: garantizar acceso, medicamentos y atención digna para todos los michoacanos.

En suma, el PET Scan puede ser una gran noticia en lo técnico y científico, pero difícilmente puede ocultar la precariedad del resto del sistema de salud. La pregunta sigue en el aire: ¿es un verdadero avance, o solo propaganda para maquillar un servicio que sigue sin curar lo esencial?