Monarcas en Michoacán: maravilla natural en medio de carreteras inseguras y abandono gubernamental

Morelia, Michoacán, 26 de noviembre de 2025.– La llegada anual de la Mariposa Monarca a los bosques de oyamel en Michoacán marca uno de los espectáculos naturales más imponentes del continente. Cada otoño-invierno, miles de turistas buscan presenciar este fenómeno único que convierte los santuarios de El Rosario y Sierra Chincua en auténticos templos de biodiversidad.Sin embargo, ese esfuerzo turístico del gobierno convive con una realidad que amenaza la experiencia: carreteras convertidas en territorios de riesgo, falta de vigilancia policial, extorsiones institucionales y bloqueos que dificultan o desincentivan el arribo de visitantes.

Pese a la promoción oficial, llegar a los santuarios implica atravesar rutas donde los asaltos, retenes ilegales y cobros indebidos por parte de dependencias y grupos irregulares se han vuelto parte del paisaje. Lo que debería ser un viaje ecológico y familiar se convierte, para muchos, en un recorrido lleno de incertidumbre, donde la naturaleza ofrece su esplendor, pero las autoridades fallan en garantizar el mínimo: seguridad y tránsito libre.

Aun así, los primeros turistas que lograron arribar a Sierra Chincua expresaron emoción al contemplar el cielo teñido de naranja y negro por las llamadas “novias del sol”. “La vista es hermosa, pero hay tramos donde sí da miedo pasar”, comentó una visitante proveniente del Estado de México en los testimonios difundidos por Sectur Michoacán. Otros, como Miguel Molina, de la Ciudad de México, destacan la magia del fenómeno natural, aunque reconocen que el viaje “no siempre es sencillo” debido a la situación de las carreteras.

En la zona turística, comerciantes celebran la instalación de electricidad subterránea en Sierra Chincua, una mejora necesaria que permitirá ampliar horarios y atender mejor a los visitantes. No obstante, locatarios y guías coinciden en que ningún proyecto turístico prosperará plenamente mientras los caminos continúen abandonados, sin presencia policial y expuestos a bloqueos o extorsiones.

Las inversiones en infraestructura y promoción son valiosas, pero la realidad contradice el discurso optimista del Gobierno del Estado: se presume desarrollo turístico, mientras las vías de acceso —el elemento básico para cualquier destino— permanecen vulnerables y, en ocasiones, totalmente colapsadas por la falta de atención oportuna.

Los santuarios de la Mariposa Monarca siguen siendo un tesoro natural incomparable. Lo que falta es que el gobierno brinde condiciones mínimas para que turistas y michoacanos puedan llegar sin exponerse a la delincuencia ni a la incertidumbre.Hasta entonces, la experiencia ecológica seguirá siendo tan maravillosa como riesgosa.