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Negligencia en el cuidado de los militares en Michoacán: Memo Valencia

Foto del escritor: AltorreAltorre



MORELIA, MICH., 19 de diciembre 2024.- El líder estatal del PRI, Memo Valencia, alzó nuevamente la voz sobre una tragedia que ya había advertido, pero que parece ser ignorada sistemáticamente por las autoridades federales. En el contexto de los recientes ataques con minas explosivas en Michoacán, que cobraron la vida de cuatro militares y dejaron heridos a varios más, Valencia señaló con dureza la falta de preparación y equipo adecuado para las fuerzas armadas que operan en una de las regiones más violentas del país.

El dirigente priista señaló que hace dos meses ya había advertido sobre la presencia de minas en comunidades como Buenavista y Las Paredes del Ahogado. Sin embargo, la respuesta gubernamental ha sido insuficiente. “Están enviando a nuestros militares al matadero,” enfatizó, subrayando la ironía de que el Ejército Mexicano, una institución ampliamente respetada por la ciudadanía, sea expuesta de manera tan negligente.

El llamado de Valencia no solo es una denuncia, sino también una exigencia: el gobierno federal debe dotar a las fuerzas armadas de equipo especializado para la detección de explosivos. En un contexto donde grupos criminales han elevado su capacidad técnica al punto de desplegar armas propias de escenarios de guerra, como las minas antipersonales, la falta de preparación parece una sentencia de muerte para quienes patrullan estas áreas.

Michoacán, aportando el 20% de las muertes diarias a nivel global por explosiones de minas en un contexto no bélico, es un reflejo de la gravedad del problema. Este dato, señaló Valencia, es una vergüenza nacional. Además, criticó la postura de los mandos militares que intentan desviar responsabilidades hacia los grupos delictivos, como si el simple reconocimiento de la autoría criminal bastara para justificar las pérdidas humanas.

El discurso de Valencia también pone sobre la mesa una cuestión central: la estrategia de seguridad. Mientras pide la presencia del Ejército Mexicano en Michoacán, también subraya que esta no puede ser a costa de la vida de los soldados. Esto abre una interrogante sobre la eficacia del despliegue militar como medida de contención de la violencia sin una preparación adecuada.

El acompañamiento de los secretarios del PRI estatal y otros actores políticos subraya que este tema no es solo una agenda partidista, sino una preocupación que trasciende las ideologías. Sin embargo, queda la pregunta de si este llamado será atendido o si, como en el pasado, las advertencias se perderán en la inercia de la burocracia gubernamental.

La situación en Michoacán es una prueba de fuego para las autoridades federales. Cada día que pase sin acciones concretas para proteger a las fuerzas armadas será un día más de vergüenza y dolor en un país que, aunque no está en guerra declarada, vive los estragos de un conflicto no reconocido oficialmente.

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