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No basta la buena tierra, el agua y tractor para ser agricultor…

  • Foto del escritor: Altorre
    Altorre
  • 7 abr 2021
  • 3 Min. de lectura


Así se vé… lo que se dice…

Por: Alberto Torres /Altorre


Es evidente que en estos los nuevos tiempos, detrás de la pandemia, de las benditas redes sociales, y de una sociedad harta y hastiada de la política, de promesas incumplidas, de traiciones, malos manejos, peleas y desacuerdos entre la clase política y la falta de empatía por la transparencia. “La buena tierra, agua y tractor”, no son suficientes para ser agricultor.


Lo anterior lo refiero por la triste contienda electoral que vivimos los michoacanos, no se si así se esté dando en otras partes de nuestro México querido, pero si así son las cosas en esta que es la elección más grande de la historia de México, estamos bien fregados.


Por qué lo digo; pues porque como en todo, los excesos siempres son adversos, la ineptitud del equipo de campaña, del aún precandidato del partido oficial, la omisión de los representantes del partidarios, y hasta tal vez la guerra sucia interna; colocaron la popularidad conservada con recursos públicos, en la cesta de la basura.


Y no hay que ser muy sabios para entender el porqué de las actitudes de rebeldía del aspirante. Solo basta voltear la vista al pasado y configurar los hechos, la escalada al poder. La herencia magisterial está más vigente que nunca, incluso alcanzó al estado de Guerrero, por donde el precandidato michoacano pidió la revisión de omisiones. Basta saber que las hordas del partido del presidente, comenzaron con incendiar ataúdes de cartón e imágenes del presidente del máximo órgano electoral nacional (INE), como respuesta a la cancelación de candidaturas. Tal y como lo hace la CNTE en sus eventos para presionar a las instituciones. El aspirante a candidato en Michoacán, fue su mentor desde la fundación de la CNTE.


Que nos extraña entonces la rebeldía del aspirante y su equipo para acatar y debatir las resoluciones de los órganos garantes de la democracia en nuestro país, en las instancias legales y construidas para ello.


Lo más preocupante es que no saben hacerlo, pues han sido exhibidos de manera nacional, los errores uno tras otro que comete el equipo jurídico e incluso el propios aspirante oficial al gobierno de Michoacán, pues aun y cuando su formación es docente, no lee, no revisa, y no califica la documentación con la que pretende buscar el resarcimiento de la sanción.


Por el contrario, la descalificación, la ofensa, el amago y la mentira, son sus banderas de batalla, tal y como lo hace la CNTE para presionar a las instituciones. ¿Nieguenmelo?

En fin, el candidato oficialista continuará haciendo manifestaciones de repudio, divisionismo, desacreditación y hostigamiento contra las instituciones que durante muchos pero muchos años los mexicanos hemos construido para garantizar elecciones limpias, democráticas, con piso parejo para los contendientes y que nos den resultados si no al cien por ciento satisfactorios, si aceptables para continuar el mediano desarrollo de México.


Los mexicanos y en particular los michoacanos, seguiremos atropellados en nuestros derecho a la información veraz, equilibrada, oportuna, pero sobretodo que nos dé la fortaleza para convivir con otros países con mayor desarrollo económico, cultural, académico, pero sobre todo democrático.


Es lamentable que a cuatro días de iniciada la contienda solo algunos aspirantes hayan dado a conocer medianamente las propuestas con las que pretenden en un futuro por demás incierto, erradicar la escala de violencia que vivimos, superar si no los índices de analfabetismo, si colocar a Michoacán en un lugar más digno e aprovechamiento educativo y deserción escolar, y si se vale soñar pues que vivamos con el pan en la mesa, pero no como limosna gubernamental disfrazada de apoyos y programas populistas y compra votos, sino como resultado del trabajo honesto y bien remunerado al que tenemos derecho los michoacanos.


Así se ve, lo que se dice…



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