Nueva Corte de Justicia: entre el discurso oficial y la duda ciudadana

Ciudad de México, 2 de septiembre de 2025.- La instalación de la nueva Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), encabezada por el ministro presidente Hugo Aguilar Ortiz, fue recibida con aplausos por diversos actores políticos. Entre ellos, el gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, quien calificó el relevo como un “momento histórico” que fortalecerá al sistema judicial y hará más accesible la justicia.

No obstante, detrás de la retórica optimista, persisten dudas sobre si esta renovación representará realmente un viraje en la impartición de justicia o si se trata de un movimiento más dentro de la lógica de control político que ha marcado la relación entre poderes en los últimos años.

Bedolla, cercano al partido en el poder, enmarcó su discurso en la unidad y la colaboración institucional, asegurando que la nueva Corte contribuirá a un México más justo. Sin embargo, especialistas advierten que la autonomía judicial podría estar en riesgo, pues la designación del nuevo ministro presidente se da en un contexto de presiones políticas y de señalamientos sobre la sumisión del Poder Judicial frente al Ejecutivo.

Los presagios no son alentadores: una justicia que en teoría debería ser más pronta y expedita podría terminar respondiendo a intereses partidistas. Si la Corte no logra ejercer un contrapeso real, se consolidaría un escenario en el que los derechos ciudadanos dependan más de la voluntad política que de la independencia judicial.

La ciudadanía observa con cautela. Entre la esperanza de que la SCJN se convierta en garante de derechos y el temor de que se diluya en un aparato alineado al gobierno, el futuro de la justicia mexicana pende de un delicado equilibrio. El tiempo será el juez que determine si la “nueva Corte” cumple con su promesa de transformación o si se suma a la larga lista de cambios que se celebran con discursos, pero que no llegan a transformar la realidad.