💀 Ramal Camelinas 💀: experimento del I.Transporte pone en riesgo a usuarios y automovilistas con unidades obsoletas

Morelia, Michoacán, 12 de diciembre de 2025.– Bajo el argumento de “evaluar la conectividad” hacia la zona comercial de Altozano, el Instituto del Transporte del Estado de Michoacán (ITransporte) anunció el inicio de pruebas de circulación de las rutas Roja 3 y Negra 1 por el Ramal Camelinas. La decisión, lejos de generar certeza en materia de movilidad, abre un serio debate sobre la pertinencia y los riesgos de permitir el paso de unidades antiguas, con evidentes carencias técnicas y operadas por personal sin la capacitación adecuada, por uno de los tramos viales más delicados de la ciudad.

El Ramal Camelinas no es una vialidad menor: se trata de un corredor con pendientes pronunciadas, curvas cerradas y un flujo constante de vehículos particulares. Introducir en ese entorno unidades de transporte público visiblemente obsoletas representa un factor adicional de peligro, no solo para los pasajeros que las abordarán, sino también para los automovilistas que transitan diariamente por la zona.

De acuerdo con ITransporte, las pruebas se realizarán durante diciembre y enero con el objetivo de medir factibilidad, demanda y necesidades reales del servicio. Sin embargo, el planteamiento oficial omite un elemento central: la seguridad. No basta con contabilizar usuarios o tiempos de recorrido cuando las condiciones mecánicas de las unidades y la capacitación de los operadores están en entredicho.

La directora general del instituto, María Elena Huerta Moctezuma, sostuvo que la medición debe considerar la estacionalidad y que la demanda real se observará en enero, cuando las actividades se normalicen. El argumento, aunque válido en términos estadísticos, resulta insuficiente frente a la realidad cotidiana del transporte público en Morelia, donde persisten quejas por unidades en mal estado, operadores sin formación continua y una supervisión deficiente.

Más aún, la funcionaria afirmó que las rutas fueron seleccionadas “bajo criterios técnicos” por su ubicación y parque vehicular actual. No obstante, para usuarios y ciudadanos, ese “parque vehicular” dista mucho de cumplir estándares mínimos de seguridad para circular por una vía de alta complejidad como el Ramal Camelinas. La aclaración de que no se otorgarán nuevas concesiones tampoco disipa la preocupación: el problema no es cuántas concesiones hay, sino qué tipo de unidades y operadores se están poniendo en circulación.

Mientras el Instituto del Transporte anuncia que seguirá monitoreando traslados y afluencia, la percepción ciudadana es clara: antes de experimentar con rutas y recorridos, el gobierno estatal debería garantizar unidades modernas, operadores capacitados y condiciones reales de seguridad. De lo contrario, estas “pruebas” corren el riesgo de convertirse en un ensayo peligroso, donde los pasajeros y conductores terminan siendo los involuntarios sujetos de un experimento mal planeado.