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¿Rehabilitación o privilegios? Mejoras en el penal de Sahuayo reabren el debate sobre prioridades en Michoacán

  • Foto del escritor: Altorre
    Altorre
  • 18 ago
  • 2 Min. de lectura
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Sahuayo, Michoacán, 18 de agosto de 2025.- Mientras la criminalidad en Michoacán continúa en ascenso y los ciudadanos enfrentan diariamente carencias en servicios de salud, educación y seguridad, el Sistema Penitenciario del estado anunció la inauguración de nuevas obras en el penal de Sahuayo, con el objetivo de cumplir los estándares de certificación de la Asociación de Correccionales de América.

Las remodelaciones incluyen la construcción de una aduana vehicular, la ampliación de la dirección y el área administrativa, un nuevo almacén y la apertura de la Boutique Penitenciaria Liberarte, espacio donde internos podrán comercializar los productos que elaboran.

El acto fue encabezado por Elías Sánchez García, coordinador del Sistema Penitenciario, quien estuvo acompañado de directores de centros penitenciarios y de las unidades administrativas de Sahuayo y La Piedad.

Inauguramos la ampliación del centro penitenciario y lo seguiremos mejorando en la medida de nuestras posibilidades, en un afán de crear mejores condiciones”, afirmó Sánchez García, destacando que las acciones buscan fortalecer el trabajo administrativo y operativo de los penales.

De acuerdo con la propia dependencia, el reforzamiento de actividades para alcanzar los estándares internacionales de calidad se mantiene en los 11 penales de la entidad, siendo Apatzingán, Tacámbaro y Maravatío los que presentan mayores avances.

El dilema social: derechos de los internos vs. derechos de los ciudadanos

Si bien la rehabilitación penitenciaria es un principio reconocido en el sistema de justicia, la inversión en infraestructura carcelaria contrasta con el panorama de abandono institucional que padecen comunidades enteras. La pregunta se vuelve inevitable: ¿es correcto que, en medio de la violencia y la precariedad social, se privilegien recursos para garantizar mejores condiciones a quienes cumplen condenas, mientras la ciudadanía no recibe servicios básicos de calidad?

El anuncio de estas obras vuelve a poner sobre la mesa un debate incómodo: la distancia entre la retórica oficial de garantizar derechos humanos en los centros penitenciarios y la realidad de los michoacanos que día a día conviven con la falta de seguridad y servicios esenciales.

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