Se suspende Feria del Chile en Queréndaro; inseguridad impone condiciones

Con una sonrisa de oreja a oreja Juan Manzo Rodríguez, encargado del Despacho de la Secretaría de Gobierno, ilustro la información oficial de la suspensión de un evento público, que lejos de enviar un mensaje de control institucional, evidencia la incapacidad del gobierno para garantizar condiciones mínimas de tranquilidad. Foto SEGOB.

Morelia, Michoacán, 4 de agosto de 2025.– El Gobierno de Michoacán confirmó la suspensión de la tradicional Feria del Chile en Queréndaro, uno de los eventos culturales y comerciales más importantes del municipio. La medida, según informó el encargado del despacho de la Secretaría de Gobierno, Juan Manzo Rodríguez, obedece a la necesidad de “privilegiar el orden público” ante hechos recientes ocurridos en la región.

Aunque la autoridad estatal no especificó los “diversos sucesos” que motivaron la cancelación, la decisión revela la persistente tensión que se vive en ciertas zonas del estado, donde la realización de actividades comunitarias continúa supeditada al clima de inseguridad.

De acuerdo con Manzo Rodríguez, actualmente se mantiene un operativo de seguridad coordinado entre fuerzas estatales, federales y la Fiscalía General del Estado, con despliegues en distintos puntos del municipio. Sin embargo, la suspensión de un evento público, lejos de enviar un mensaje de control institucional, evidencia la incapacidad del gobierno para garantizar condiciones mínimas de tranquilidad.

A pesar de que se aseguró mantener “comunicación permanente” con las autoridades municipales y continuar con el monitoreo ante posibles contingencias, lo cierto es que Queréndaro se suma a la lista de municipios donde la inseguridad restringe la vida pública y limita el desarrollo económico local.

La Feria del Chile, además de su valor simbólico, representaba un impulso económico para productores y comerciantes de la región. Su cancelación no solo significa una pérdida económica directa, sino también un retroceso en los esfuerzos por recuperar los espacios públicos y fortalecer el tejido social.

El discurso oficial sobre la “construcción de la paz” contrasta con las decisiones adoptadas en los hechos. Las autoridades se ven obligadas a ceder ante un entorno que aún no logran controlar, lo que deja en claro que, al menos en Queréndaro, no hay garantías para la convivencia comunitaria.