Supervisión tardía y contradicciones oficiales: festividades guadalupanas repletas de alimentos de alto riesgo pese al discurso de salud preventiva
- Altorre

- 26 nov
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• Se supervisaron más de 60 puestos de comida
Morelia, Mich26 de noviembre 2025.– La Secretaría de Salud de Michoacán (SSM) realizó un operativo sanitario en la Calzada Fray Antonio de San Miguel para supervisar más de 60 puestos semifijos instalados por las celebraciones guadalupanas. Sin embargo, la intervención vuelve a evidenciarse como tardía y superficial, pues los puestos ya operan desde días atrás sin una vigilancia real y previa que garantice el manejo adecuado de alimentos.

En estos comercios abundan productos ricos en proteínas y nutrientes, pero altamente vulnerables a contaminación: carne de res, pollo, cerdo, pescados fritos, quesadillas con queso, frijoles y leguminosas. La falta de refrigeración adecuada, la reutilización excesiva de aceites y la escasa desinfección de superficies aumentan el riesgo de enfermedades gastrointestinales justo en un periodo de gran concentración de visitantes.
Pero el problema no se queda en la inocuidad. La propia autoridad sanitaria promueve campañas para reducir la obesidad abdominal, mejorar la salud arterial y sanguínea, y prevenir la diabetes, mientras que en estas mismas festividades se permite la venta descontrolada de alimentos hipercalóricos, fritos, grasosos y llenos de azúcares que contradicen de manera flagrante el discurso oficial.La población, ya con altos índices de sobrepeso, encuentra aquí un escenario perfecto para los excesos alimentarios, mientras el gobierno se limita a repartir cofias y cubrebocas como si eso solucionara el fondo del problema.
La entrega de insumos básicos a los comerciantes resulta insuficiente frente a un fenómeno que requiere estrategias integrales: educación nutricional, regulación real de la oferta alimentaria, controles previos y permanentes, así como políticas públicas que no se contradigan entre el papel y la calle.
La Coepris invita a denunciar riesgos sanitarios por correo electrónico, pero esa recomendación luce mínima frente a la falta de acciones sólidas. Cada año se repite la misma escena: operativos simbólicos, revisión superficial y una oferta alimentaria que estimula la obesidad y las enfermedades crónicas, justo las que el gobierno dice combatir.
Sin una política coherente, preventiva y anticipada, las festividades guadalupanas seguirán exhibiendo que el discurso institucional de salud está muy lejos de la práctica real en las calles.



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