
Morelia, Mich., 23 de septiembre de 2024.- El anuncio del gobernador Alfredo Ramírez Bedolla sobre la construcción del teleférico en Morelia, con una inversión estatal de 1,917 millones de pesos, plantea más interrogantes que celebraciones. Aunque la obra promete conectar seis puntos estratégicos de la ciudad y reducir tiempos de traslado a 16 minutos, el proyecto suscita dudas sobre su verdadera utilidad, su impacto en la movilidad urbana y el contexto económico en el que se desarrolla.
La primera crítica surge al considerar el monto de inversión. En un estado con altos índices de pobreza y necesidades en áreas clave como salud, educación y seguridad, destinar casi 2,000 millones de pesos a un proyecto de transporte turístico plantea un serio debate sobre las prioridades gubernamentales. ¿Es este teleférico una solución real a los problemas de movilidad de los morelianos o simplemente una obra de relumbrón que no atacará las verdaderas necesidades de la población?
Además, el hecho de que la obra sea ejecutada por el consorcio Leitner México y Alfa Proveedores y Contratistas S.A. de C.V. abre la puerta a cuestionar la transparencia en la asignación de contratos y la capacidad de estas empresas para llevar a cabo un proyecto de tal magnitud. En México, proyectos de infraestructura de gran escala a menudo se han visto envueltos en irregularidades, sobrecostos y retrasos. ¿Qué garantiza que este proyecto no correrá la misma suerte?
Otro aspecto preocupante es el impacto ambiental y social. La construcción de un teleférico de 5.6 kilómetros podría generar afectaciones en áreas urbanas y naturales, además de posibles desplazamientos o modificaciones a zonas habitacionales. ¿Se ha realizado un estudio de impacto ambiental exhaustivo? ¿Qué tan involucrada está la comunidad en la toma de decisiones?
Finalmente, la promesa de que la obra estará lista para 2026 suena optimista, pero también genera escepticismo. En un país donde los plazos de entrega de proyectos públicos rara vez se cumplen y donde los sobrecostos son casi la norma, la población tiene motivos válidos para desconfiar de estos tiempos estimados.
En resumen, aunque el teleférico de Morelia puede parecer una innovación en términos de infraestructura urbana, su alta inversión y las posibles problemáticas alrededor de su implementación obligan a cuestionar si realmente responde a las necesidades de la ciudad o si es una obra que busca más aplaudidores que resultados.
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