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Yankel Benítez usa cargo público para promoverse, mientras Morelia sigue sin rumbo claro

  • Foto del escritor: Altorre
    Altorre
  • hace 1 día
  • 2 Min. de lectura


Morelia, Michoacán, 28 de mayo de 2025. – En lo que cada vez parece menos una función institucional y más un acto de precampaña anticipada rumbo al proceso electoral de 2027, el secretario del Ayuntamiento de Morelia, Yankel Benítez Silva, encabezó una nueva visita a la colonia Jesús Romero Flores, bajo el discurso de “diálogo directo con los ciudadanos”.

Acompañado por la secretaria de Fomento Económico, Guadalupe Herrera Calderón, Benítez recorrió algunas calles del asentamiento para escuchar peticiones vecinales sobre mantenimiento de áreas verdes y vialidades. Sin embargo, lejos de un ejercicio institucional de diagnóstico y respuesta, el evento se asemejó a una gira de posicionamiento personal.

El funcionario reiteró frases que ya son parte de un guion repetido en sus apariciones públicas: que el gobierno municipal “avanza en la recuperación de espacios públicos” y que “el diálogo permite construir una Morelia que brille más”. No obstante, hasta el momento, las giras del secretario no se traducen en mejoras tangibles ni en un programa sistemático de atención ciudadana.

Críticas desde sectores ciudadanos y analistas locales apuntan a que Benítez Silva estaría utilizando su posición dentro del Ayuntamiento como plataforma para proyectar su imagen con miras al proceso electoral de 2027, mientras los problemas estructurales de la ciudad –baches, inseguridad, movilidad, falta de agua y servicios básicos en varias colonias– siguen sin solución efectiva.

Aunque se anuncia que las peticiones de los vecinos serán canalizadas “a las áreas correspondientes”, en los hechos muchas de las demandas de colonias visitadas anteriormente siguen sin ser resueltas, lo que alimenta la percepción de que estas visitas tienen más de espectáculo político que de gestión pública.

Con este tipo de actos, el Ayuntamiento de Morelia da señales preocupantes de desviar recursos humanos y logísticos para fines personales y partidistas, en lugar de concentrarse en el trabajo institucional que reclama una ciudad con serios rezagos en infraestructura y servicios básicos.

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